Cada mañana, la sombra aparecía puntual sobre el muro verde, alzando una mano como quien saluda desde otro tiempo. Nadie sabía de quién era, pero los vecinos decían que hablaba, aunque no con palabras. A veces parecía advertir, otras consolar. Elena, la portera, juraba que la sombra le había contado secretos del edificio: amores escondidos, llaves perdidas, pactos rotos.
Un día, la sombra no apareció. El sol brillaba igual, pero el muro estaba mudo. Desde entonces, Elena deja una silla vacía frente al muro, por si vuelve. Y cada tarde, le pregunta en voz baja si el silencio también tiene memoria.
Cada mañana, la sombra aparecía puntual sobre el muro verde, alzando una mano como quien saluda desde otro tiempo. Nadie sabía de quién era, pero los vecinos decían que hablaba, aunque no con palabras. A veces parecía advertir, otras consolar. Elena, la portera, juraba que la sombra le había contado secretos del edificio: amores escondidos, llaves perdidas, pactos rotos.
ResponderEliminarUn día, la sombra no apareció. El sol brillaba igual, pero el muro estaba mudo. Desde entonces, Elena deja una silla vacía frente al muro, por si vuelve. Y cada tarde, le pregunta en voz baja si el silencio también tiene memoria.
It is done by hand.
ResponderEliminarExcelente imagen y texto amigo.
ResponderEliminarY conociendo al personaje de la sombra... :)))))
Abtazos, Ildefonso.
Fantastic image, Ildefonso.
ResponderEliminarMagnífica imagen para ilustrar ese estupendo texto.
ResponderEliminarUn abrazo