El día en que cumplí siete años, el 14 de abril de 1873, mi madre, Molly Walsh, me vistió de domingo y me llevó a la plaza de la Unión a tomarme una fotografía, la única que existe de mi infancia, donde aparezco de pie junto a un arpa con el aspecto despavorido de un ahorcado, que se explica por los minutos que debí de permanecer sin respirar frente a un cajón negro y el susto que me llevé con el fogonazo de la lámpara.
La mirada sí denota ese aspecto asustado... Si bien su marcado mentón marca desde ya la firmeza y determinación que la acompaña desde entonces. Abrazos, amigo Ildefonso.
El día en que cumplí siete años, el 14 de abril de 1873, mi madre, Molly Walsh, me vistió de domingo y me llevó a la plaza de la Unión a tomarme una fotografía, la única que existe de mi infancia, donde aparezco de pie junto a un arpa con el aspecto despavorido de un ahorcado, que se explica por los minutos que debí de permanecer sin respirar frente a un cajón negro y el susto que me llevé con el fogonazo de la lámpara.
ResponderEliminarIsabel Allende – Mi nombre es Emilia del Valle
Beautiful portrait. ❤️
ResponderEliminarThis really looks spectacular!
ResponderEliminarVery beautiful!
ResponderEliminarYou coaxed a sweet portrait out of Co-pilot, and that's not easy to do.
ResponderEliminarTraumática elaboración de un recuerdo. Genial la descripción de Isabel Allende y preciosa la fotografía.
ResponderEliminarUn abrazo.
Bello trabajo, Idelfonso, muy bien editado.
ResponderEliminarSaludos.
Me encanta tu trabajo de edición y de saber capturar la idea.
ResponderEliminar(No he probado esta IA, pero veo que los dedos quedan muy naturales)
Aferradetes, amic.
La mirada sí denota ese aspecto asustado... Si bien su marcado mentón marca desde ya la firmeza y determinación que la acompaña desde entonces.
ResponderEliminarAbrazos, amigo Ildefonso.